Este conjunto de sensaciones suelen venir, mayormente, del desconocimiento. No sólo desconocimiento de los contenidos necesarios para poder trabajar en este campo, sino de lo que se viene, del temor a desprenderse de una carrera que, quizás, hace más de 10 años venimos transitando. En mi caso, contando desde que ingresé a la facultad, fueron más de 20 años sumergido en el mundo de la Astronomía y la investigación científica. Sin dudas no fue fácil tomar esa decisión. Por suerte pude hacerlo. Y, al lograrlo, mucha gente, tanto de mi ámbito académico como fuera de él, comenzó a contactarme preguntando cómo lo había logrado. En su momento me resultaba algo menor, algo que no era muy relevante o digno de atención. Con el tiempo me di cuenta de que, para muchos, ese desplazamiento que yo había logrado es un gran bloqueante, un salto que no les permite dejar atrás su actual profesión y desarrollarse en algo que realmente les guste y disfruten.